Un cultivo puede salir mal por muchos motivos. Algunos de ellos serán imprevistos que poco o nada podremos hacer por evitarlos. Pero la mayoría, son errores que comete el propio cultivador y que son totalmente evitables. En este artículo os hablamos de los más importantes.
Errores típicos de los cultivos en interior
A continuación hablamos de los fallos más típicos que cometen los cultivadores de interior. El primer fallo es considerar que un cultivo dentro de casa se hace igual que al aire libre.
Iluminación inadecuada
La iluminación será el pilar de cualquier cultivo interior. Y hablamos estrictamente de interior con iluminación artificial, no a tener plantas en una terraza acristalada o en alguna ventana soleada. Se puede cultivar cualquier variedad, en cualquier tipo de sustrato… incluso sin un sistema de ventilación (sería necesario aporte de CO₂). Pero no es viable cultivar sin una luz de espectro adecuado.
Entra las luces de horticultura apropiadas, las más avanzadas son los focos LED. Además, son las que menos consumen en relación con los rendimientos que ofrecen. Pero existen otras alternativas más baratas como las luces HPS, las luces LEC y las lámparas fluorescentes.
Ventilación escasa
Contar con un buen sistema de ventilación es importantísimo, ya que cumple varias funciones. En exterior, las plantas cuentan con cantidades ilimitadas de CO₂. Pero en interior, llegan a consumir rápidamente el CO₂ disponible.
Además, la iluminación genera calor, en ocasiones excesivo. Y los riegos y las propias plantas generan humedad.
El sistema de ventilación, formado por extractor e intractor (opcional el extractor en armarios pequeños), se encargará de renovar el aire viciado, caliente y cargado de humedad, por otro nuevo cargado de CO₂ y más fresco.
Fase de crecimiento muy larga
Es un error muy común y las consecuencias son terribles. Las plantas en interior, sufren un fuerte estiramiento en la llamada fase de transición, que es desde el momento en que se cambia el fotoperíodo de crecimiento a floración, hasta que comienza la floración.
Muchos cultivadores temen que sus plantas se queden pequeñas, sin tener en cuenta que por muy pequeñas que parezcan, todavía crecerán mucho más una vez se rebaje el fotoperíodo a 12/12.
Generalmente, una planta con 30 cm de altura tiene un tamaño perfecto para inducirle la floración. Lo habitual, es que mínimo estire el doble, alcanzando 60 cm fácilmente. Pero hay otras variedades que pueden llegar a multiplicar por 3 o por 4 su tamaño. Y cuando la altura es limitada como lo es en un interior, se avecinarán problemas.
Errores típicos de los cultivos en exterior
Si cultivas en exterior, evita a toda costa los siguientes errores. Tus plantas sufrirán menos y te lo agradecerán con mejores rendimientos.
Germinar muy pronto o muy tarde
Aunque la temporada de cultivo comienza al principio de primavera, en muchas zonas en estas fechas todavía cuentan con un tiempo más otoñal. Nadie mejor que el propio cultivador conoce su clima, así que cada uno debe valorar cuál es el mejor momento para germinar las semillas.
Puede que en Andalucía sí que se pueda empezar a principios de primavera. Pero en otras zonas como Galicia o Asturias, las lluvias y el frío son comunes en esas fechas. Sería condenar a la planta a sufrir falta de sol y temperaturas bajas.
Por otro lado, en exterior las plantas no empiezan a florecer hasta finales de julio o principios de agosto. La fecha límite para empezar un cultivo se debería establecer a mediados del mes de junio. Las plantas todavía contarán con 5-6 semanas para poder crecer y alcanzar un tamaño aceptable.
Mala elección de la variedad
No todas las variedades son apropiadas para todos los climas. Una planta que finaliza su floración en noviembre, no es posible cultivarla en zonas donde a partir de octubre son frecuentes las lluvias prácticamente diarias. En lugar de cogollos o flores, lo más seguro es que se cosechen hongos.
El marcado de semillas en la actualidad ofrece miles de variedades y siempre existirán varias alternativas que se adaptarán al clima de cada cultivador para poder cosechar antes de la llegada del mal tiempo.
Usar macetas de color oscuro
Las macetas de colores oscuros y especialmente las negras, no reflejan la luz del sol, por lo que absorben todo el calor del sol y lo transmiten al sustrato. Las consecuencias son fatales, ya que se produce una evaporación excesiva, las raíces se sobrecalientan y hongos como fusarium tienen más probabilidades de atacar las plantas.
-
Producto en ofertaLumatek Zeus 600W Pro LED 2.9El precio original era: 980,00 €.860,00 €El precio actual es: 860,00 €.
-
Maceta Redonda Blanca1,90 € – 18,90 €
Las macetas de color blanco son las más apropiadas para cultivar en exterior. Y si quieres aprovechar tus macetas negras, puedes pintarlas de blanco o forrarlas con un plástico blanco. Tus plantas sin duda lo agradecerán. Otra opción muy aconsejable es utilizar macetas de tela transpirables, las cuales aumentarán la cantidad de oxígeno de las raíces beneficiando todas sus funciones.
No usar preventivos contra plagas
El exterior es el principal hogar de las plagas en plantas, así que no es extraño que en cualquier momento del cultivo las plantas puedan sufrir un ataque. Para evitar los posibles daños que puedan ocasionar, lo mejor es usar regularmente algún preventivo.
La tierra de diatomeas, el aceite de neem o el jabón de potasio son tres excelentes opciones para mantener alejadas a las plagas. Además, son naturales y presentan otros beneficios gracias a su contenido en nutrientes.
Errores comunes en interior y exterior
Para terminar, nombramos algunos de los fallos que se suelen cometer tanto en interior como en exterior.
Usar un sustrato de mala calidad
Nos equivocamos al pensar que el mejor sustrato es el que tenga la mayor cantidad de abono. Porque si ese abono, generalmente materia orgánica, no está perfectamente compostada, estaremos condenando a las plantas a una lenta agonía.
Muchos sustratos malos incluyen materiales aún en descomposición, que son un caldo de cultivo de hongos, virus y otros patógenos. ¡Algunos incluso contienen plagas como mosca del sustrato! Y por no hablar de su pésima estructura.
Un buen sustrato debe estar perfectamente compostado y tener una estructura muy permeable, algo que se consigue con materiales como la perlita o la fibra de coco. Que contenga muchos o pocos nutrientes llega a ser indiferente. Para esos están los abonos líquidos o sólidos de crecimiento y floración.
No regular el pH
Regular el pH es FUNDAMENTAL. Muchos de los problemas de carencias e incluso excesos de nutrientes, se deben a un pH incorrecto.
Con un pH demasiado alto o demasiado bajo, las plantas presentan serias dificultades para asimilar determinados nutrientes. Será entonces cuando se comiencen a ver síntomas de alguna carencia, y que puede desencadenar al mismo tiempo un exceso, ya que todos los nutrientes juntos funcionan como un engranaje y la falta de uno puede disparar el consumo de otro. Por este motivo es indispensable un medidor de pH.
Asegúrate siempre de mantener un pH que ronde 6.0 en la fase de crecimiento, y 6.5 en la fase de floración. Así tus plantas no tendrán problema en comer todo lo que les eches.
Malos hábitos de riego
Regar las plantas es la tarea que más se repite a lo largo del cultivo. Y si se hace mal, la planta llegará un momento que sufra las consecuencias.
Se debe regar siempre con agua tibia, con una temperatura óptima de 24º. El agua debe estar reposada unas 24 horas si es agua que contenga cloro o cloraminas, ya que a la larga termina con los microorganismos del suelo. Y por supuesto, debe tener el pH ajustado.
A la hora de regar, hazlo añadiendo pequeñas cantidades de agua y dejando que el sustrato la vaya absorbiendo lentamente. De este modo, no habrá bolsas de sustrato seco, típico cuando se apura mucho.
Cuando comience a salir agua por el drenaje de las macetas, podemos dar por terminado el riego. Y no volveremos a regar hasta que los dos primeros centímetros superficiales del sustrato se hayan secado.
Malos hábitos de abonado
Llegará un momento en que las plantas agoten los nutrientes disponibles en el sustrato y sea necesario abonar. Saber la cantidad justa que usar es muy complicado. Y lo es porque no todas las plantas tienen los mismos requerimientos y a medida que crecen demandan más y más.
Un exceso es muy perjudicial. Pero también lo es privar a una planta de la comida que demanda. Así que en principio, se deben seguir siempre las indicaciones del fabricante, pero también observando siempre el estado general de la planta.
Las hojas serán las primeras en indicarnos cualquier problema de carencias de nutrientes en las plantas. Si amarillean, se debe generalmente a una deficiencia. Si, por el contrario, desarrollan quemaduras en los bordes y puntas, es posible que sufran un exceso.
Conclusión
Evitar errores durante un cultivo hará que las plantas crezcan rápido, saludables y produzcan enormes cosechas. No cometas todos los que os hemos mencionado, ¡y conseguirás grandes éxitos!