Uno de los peores problemas que se puede presentar una planta son las hojas quemadas por exceso de abono o sobrefertilización. En este artículo encontrarás la respuesta a cualquier pregunta que puedas tener sobre este tema.
¿Qué es y por qué se produce una sobrefertilización?
Una sobrefertilización es lo que a nosotros un empacho. Cuando ingerimos más comida de la que necesitamos, nos sentiremos pesados, con náuseas, vómitos o dolor de estómago. Las plantas, cuando tienen más nutrientes de los que pueden procesar, también presentan síntomas. Y el principal son las hojas quemadas.
Este problema puede tardar bastante tiempo en manifestarse. Y el cultivador, sin ser consciente de ello, continúa abonando como lo hace frecuentemente, agravando más la situación. Llegará el punto en que la planta diga basta y empezarán a aparecer las primeras hojas quemadas por exceso de abono o sobrefertilización.
¿Cómo afecta la sobrefertilización a las plantas?
Las quemaduras en las hojas hace que pierdan capacidad fotosintética. Y esto afecta a su capacidad de fabricar su propia comida. Cuando sucede ocurre una sobrefertilización en floración, la planta no tiene la capacidad de generar nuevas hojas, por lo que la producción se ve seriamente afectada.
¡Pero aún hay más!
El exceso de un solo nutriente, puede generar un efecto en cadena que afecte a la mala asimilación o incluso el bloqueo de otros nutrientes. Así que una sobrefertilización puede causar al mismo tiempo una carencia, lo cual es un doble problema.
Y por si te parecía poco…
En casos severos, la planta producirá flores pequeñas y aireadas, terminará perdiendo todas las hojas y en el peor de los casos, morirá.
¿Cómo identificar las hojas quemadas por exceso de abono?
Las hojas son como paneles solares donde gracias al sol, las plantas producen la energía necesaria para su desarrollo. Unas hojas sanas deben tener un color verde uniforme. Por el contrario, un exceso de fertilizantes hace que en ocasiones aparezcan manchas, quemaduras, zonas con necrosis… E incluso puede afectar a su morfología, llegando a retorcerse y a arrugarse.
¿Son hongos o son hojas quemadas por exceso de abono?
Dependiendo el tipo de hongo, la identificación es bastante sencilla. Los hongos que suelen atacar las hojas son el oídio y el mildiu. El oídio forma como una capa de polvillo blanco sobre las hojas y si le pasamos el dedo desaparece. El mildiu forma manchas de color verdoso claro primero y amarillento a marrón después, mientras que en el envés puede aparecer una pelusa grisácea.
Solución a las hojas quemadas por exceso de abono
Dependiendo de la gravedad de la sobrefertilización, se puede actuar de diferentes formas. Y por eso es tan importante todos los días, dedicar unos minutos a mirar las plantas. Las hojas quemadas por exceso de abono no aparecen de un día para otro, sino que generalmente la planta muestra antes algunos signos que nos deben hacer actuar.
Las puntas de las hojas quemadas por exceso de abono es lo más típico. Pero también quemaduras en los bordes, o entre las venas. Si observamos esto, inmediatamente dejaremos de abonar. Regando solo con agua y algún complejo de micronutriente, suele ser suficiente para que la planta asimile correctamente los nutrientes acumulados y pueda procesarlos. En una semana, ya se podría volver a abonar con una dosis inferior a la que se estaba usando.
Cuando existe una sobrefertilización severa, la única opción para intentar salvar la planta o la cosecha es hacer un buen lavado de raíces. No es algo que ni al cultivador más experimentado le guste, ya que hasta cierto punto resulta contraproducente. Se hace como un último recurso.
¿Pero por qué es malo un lavado de raíces?
Pues, por un lado, tenemos una planta sobrefertilizada, débil y con daños internos. Y por otro, tendremos un sustrato encharcado y con poca vida tras el lavado. Si en general las plantas odian los sustratos encharcados, con unas raíces dañadas lo odiarán más.
¿Cómo hacer un lavado de raíces por sobrefertilización?
Con un lavado de raíces lo que se pretende es eliminar todos los nutrientes del sustrato, de modo que la planta pueda asimilar más fácilmente los que todavía almacena. Para hacer un buen lavado, existen dos opciones. Una es la de seguir la regla de usar el triple de agua que capacidad tenga la maceta. Y la otra, es apostar por una solución de lavado, que es un método más efectivo y que ahorra una gran cantidad de agua.
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Bien, para hacer un lavado de raíces a una maceta de 20 litros, necesitaríamos 60 litros de agua. Parece mucho, pero en realidad es la necesaria para eliminar todos los nutrientes acumulados. Cuando la cantidad de plantas es más, nos daremos cuenta de que estaremos gastando cientos de litros de agua.
Las soluciones de lavado lo que hacen es disolver estas sales acumuladas. Se aplican en un simple riego con agua, se dejan actuar, y para terminar se hace un riego abundante para que las sales ya disueltas se expulsen por el drenaje fácilmente. En una maceta de 20 litros, con unos 10-15 litros de agua, conseguiremos un mejor resultado que con 60 litros de agua en un lavado de raíces tradicional.
Lavado de raíces en crecimiento
Tras un lavado de raíces, como comentamos, el sustrato quedará encharcado, inerte y sin vida. Es muy recomendable usar algún aditivo con gran carga microbiana como Tarantula o Piranha. También algún otro aditivo con carbohidratos que sirva como alimento a las bacterias es muy interesante. Cuando todos los engranajes comienzan a funcionar partiendo de un entorno de la raíz saludable, pronto la planta comenzará a recuperarse y a desarrollarse con normalidad.
Las hojas quemadas por exceso de abono te recomendamos no quitarlas. O al menos esperar a que la planta desarrolle nuevas hojas. Aunque puede que con bastantes limitaciones, pero seguirán cumpliendo su función.
Pasada una semana, ya se puede restablecer el abonado completo, siempre con una dosis menor de lo que se estaba aplicando. En la fase de crecimiento, las sobrefertilizaciones más comunes son de nitrógeno. Así que poco a poco, iremos aumentando la dosis hasta la recomendada por el fabricante.
¡Pero ojo!
Uno de los grandes fallos es precisamente este. Las dosis que recomienda el fabricante son siempre dosis orientativas. Igual que hay plantas que admiten dosis más elevadas, hay otras que la dosis orientativa es incluso excesiva. Repetimos que por eso es tan importante revisar las plantas todos los días. Las hojas nos dirán cómo marcha todo.
Lavado de raíces en floración
Las plantas en floración no desarrollan hojas, por lo que si pierde las que tiene, las consecuencias pueden ser catastróficas. En este caso conviene usar alguna solución de lavado como Flawless Finish, Canna Flush o Final Flush.
También es interesante enriquecer el sustrato con algún complejo de bacterias y un aditivo con hidratos de carbono. En el siguiente riego, conviene restablecer completamente el abonado, siempre con dosis bajas. En especial, los potenciadores de floración son la principal causa de las hojas quemadas por exceso de abono en esta fase.
¿Qué hacer después del lavado de raíces?
Pues al igual que a nosotros, a una planta tras un empacho y haber pasado sus peores efectos, le apetece sobre todo descansar. El sustrato posiblemente estará encharcado durante varios días, hasta que poco a poco la planta vuelva su a su actividad.
Cuando lo haga, necesitará nutrientes. Pero no cometas el mismo error y empieza con dosis ligeras, aumentándolas a medida que veas que la planta se recupera y demanda más comida.
Conclusión
La mejor manera de evitar problemas en un cultivo es la prevención. Y se puede aplicar también a problemas de hongos y plagas, o de excesos de nutrientes, como es este caso. Una buena manera de prevenir sobrefertilizaciones es con un medidor de EC. Midiendo regularmente la EC del agua del drenaje, sabremos cuál es la cantidad de sales que acumula el sustrato. Si sube de 2.3-2.4 sabremos que estará al límite de la saturación. Si este problema se detecta a tiempo, con un simple riego abundante se corregirá fácilmente.